miércoles, 4 de marzo de 2015

Textos de un viaje 3 - Vértigo

La ciudad entre las montañas, parece un bloque de basura.
Las nubes se ordenan como una pintura.
En las noches, por la altura, las estrellas abundan.
Parecen atraerme en su infinito.
Mi constancia, era abrumadora.
¿Podré contemplar el infinito de mis angustias?  
El perro incitaba al cariño.
El terreno desprendía la falta de agua.
Quería esforzarme por comprender todo.
Las piedras, el pasto creciendo, una rueda en el camino.
La subida fué interesante.
Mis piernas dolían por la falta de costumbre.
En el suelo, pinocha, era agradable a mi tacto.
El sol, entraba por el pinar.
Me senté sobre un tronco.
Hablé un poco con ella por teléfono.
Soy, un asesino, sucio, encubierto. 
Escucho melodías relajantes,
y todo moviéndose a velocidades variantes. 
Luchar contra todo lo que podría ser y no quiero.
Todo el tiempo generando adrenalina placentera en mi cabeza,
a situaciones estúpidas y morbosas.
El viento, el peligro, el calor, la electricidad.
Maldice mis restos.
Maldice mis escritos con motivos aun si no los tienes.
Vértigo se llamará, no me preguntes…
¿por qué?

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