domingo, 30 de agosto de 2015

Mis manos manchadas de tiempo

"ya, no" me repetía constantemente,
y seguía avanzando contramarea en la incertidumbre.
¿Por mera estupidez? ¿Nostalgia?
¿No querer aceptar jamas la derrota? o por no aceptar... que muchas cosas no funcionan...
En mi sistema autodestructivo, mi intento de edén,
si funcionaban.
Me costaba sangre, días  y dolor.
Pero me aferraba,
como si la salida menos segura era la única.
Las sonrisas me daban lugar a claustrofobia,
y mi mente campo abierto para tropezar.
Ahogaba malos pensamientos con sinapsis artificial,
tapando inviernos y otoños.
Lo intenté todo, y jamas pude alejar mis temores.
Me acostumbre a mis propios demonios,
no había forma de sacarlos de mis escamas. Eran como vidrios, o agujas formando algún diagrama sobre mi espalda.
Un día quizas me abrazaras un momento, que serán años en mis pasiones.

A mis tontos pies. 



miércoles, 19 de agosto de 2015

Desperté y yo estaba muerto


Esa fué la historia,
se la conté mil veces, se la sabía de memoría.
No  importaba, me gustaba ser reiterativo en eso.
Quería entenderme al explicarlo nuevamente,
al contar de nuevo como mis demonios me ahorcaban.
Como la sal parecía brotar de heridas cerradas,
Que en el silencio de la noche mi cabeza se aceleraba al ritmo de mi taquicárdico corazón.
Y que pensando en lo innecesario del ser de mi vida,
jamas encontraba redención de pensamientos.
Era mi madriguera, mi espacio en el tiempo,
mi punto en blanco, conversando otra vez con mi sombra.