No hables de Severino, no lo nombres.
No digas como olía, ni como solía ser.
No lo compares sin saber,
ni digas que se parece mas a aquel o a el.
No me digas cuanto lo solías querer,
ni si no te importaba su ser.
No me hables de Severino,
por que yo no lo puedo hacer.
Las libélulas giraban a mi alrededor,
cientos de cientos.
Como hojas cayendo en otoño,
infinitas.
Acá no es como en la ciudad,
diviso muchos horizontes.
Algo de felicidad,
secuencialmente como espora.
Dicen que cuando tantas se juntan,
es por que anuncian lluvias.
¿Cuantas libélulas tendre en mi interior,
agitándose hasta la eternidad?
La electricidad es tan hermosa, que con solo tocar la yema de mis dedos sabe que mis pies están mojados.
La chica que alguna vez besé, hoy esta en coma.
Varias personas que me crucé, padecieron de cáncer.
Millones de animales no humanos, que jamas abracé...
murieron hoy por mi.