miércoles, 4 de marzo de 2015

Tan repulsivo y original

Esa mañana decidí no quedarme en la cama.
El frío estaba helandome.  
Abrigo y bufanda en compensación.
Camine unas horas sin rumbo fijo, con los auriculares puestos.
Imaginaba diferentes desenlaces a situaciones
que podían sucederme de un momento a otro. 
De todas formas, ya tenía algo presente,
el próximo otoño, moriría…
Lo único que me deprimía era en que forma.
Ahora, ¿como llenar eso del existencialismo?
Fomento eso que tanto miedo me dá.
Y ahi estas (estoy) sobre castillos de arena en la mar.
¿Que podía decirme la edad?
¿Los números que fueron puestos a obligación?
¿Las normas, y la moralidad?
Muy elocuente, sonaban las palabras,
tan insanamente perdidas, por eso,
no me comprendía.
La vida no se trataba de nada, e igual,
me invento escusas de que hay alguna razón esperándome.
¿A donde quedarían todas esas cosas que dije?
¿Mis mil y un repeticiones de conceptos?
Mis taquicardias, odiosas, pero reales,
por el exceso de café.
Siempre, termino en lo miso,
¿De que otra cosa podría escribir, Si es como me siento?
Un silencio mientras pensaba que decir,
y me dijo “el silencio, es un paso a vos mismo”
Quiero creer, que estoy en esa búsqueda.
Quizás cuando de la vuelta en la esquina,
suceda alguna de las tantas cosas que pensé.
No suele suceder, pero pretendo que no me caiga nada de sorpresa.
¿A donde me lleva? a ningún lado,
o al menos eso creo ahora.
Soy un torpe, lo ves en mi sonrisa frágil y desatenta.
Un conocido se quitó la vida en estos días.
Olvide de que estaba escribiendo.
Olvide mis metas.
Olvide cuanto sabía sentir,
que tenia la fuerza poética de diez huracanes.
A pesar de que suelo agradar a las personas.
No soy el mejor hijo que todo padre esperaría.
Tampoco la clase de amigo que todos desean.
Ni el hermano mas considerado.
Y debo admitir que nunca fuí una buena pareja.
Esperare el semáforo impaciente por cruzar, 
aun sin tener un rumbo. 
Mírame cuando te sonrio, y sabes, ves lo estúpido que soy.
¿cuantas veces me viste llorar así ya?
Los malditos minutos siguen pasando, 
¿Quien fue el imbécil que decidió ponerle tiempo a la vida?
¿Recuerdas aquellas cosas que hablamos?
¿Cuando podía ser el infinito, o lo que querías en tu vida?
Mira el presente, podrían haber pasado 9 años de la primera
persona que me dijo “te amo”,
y hoy no significa mas que un recuerdo.
El tiempo es efímero.
El humano aún mas.
Los pensamientos, lo que decimos…
¿A donde va?
Me senté en ese banco de la plaza…
el próximo otoño… sí, el próximo otoño.

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