miércoles, 4 de marzo de 2015

Afasia

Me aburrió lo que escribí, todo en esa normal catarsis,
nada tan interesante o trascendental.
La doctora me dijo que debía enfocarme mas en mí,
y dejar de intentar estar pendiente de todo.
Duplicaremos la medicación. 
Dos días en que mi cabeza parecía un volcán.
Tu sabes, esa sombra que te cubre sin darte lugar a caminar.
Dos dias de furia, y luego… el alivio.
Otro café, otra mañana, tranquilo y otra vez sintiéndome repugnante.
Me ofreció salir a tomar aire, y ese maldito aire lamentablemente me asfixia.
Así que negué completamente su propuesta.
Seguramente enfadada se obligo a visitarme.
La habitación que me apuntaba con filosas sombras,
se calló por un tiempo.
-¿Quieres morir? ¿O quieres sentirte así mas tiempo?
La soledad apestaba a rosas para mí, por eso se me hace cotidiano el horror. 
Pero sus ojos tiernos destruían mis taquicardias como el café, cuando sus labios rozaban mi piel.
El clonazepan era parte de mis contranoches, intentábamos matar mi ansiedad y ella acá en este momento la apunta a otro lugar.
Cada vez que estas en mi cama, es eterna la destrucción en mi cabeza…
si después solo veo todo en un misero café, en desconciertos o mal humor.
Hay “luz” donde quieres que halla, en el morbo de tus senos,
tus colmillos en mi cuerpo.
Vas a asesinarme, y sin mis fantasmas.
Se que te gusta y no lo niego.
Si pudiese, cambiaría todo solo por esto, por miedo a enfrentarme a mañana otra vez a mis desaciertos.
Dicen que por un lado voy mejor encaminado, aun así ya comenté que tengo dias terribles.
Antes que aburrirte con mi fácil palabrerío, muerdes mi lengua y me cambias el fin. 
La vida se me hace muy complicada de vivir así.
Ya sabes lo que ayer para tí de mi era un misterio,
hoy ya no lo es.
Desearía que te acostumbraras a otra parte de mí.
Quizás mañana cambie, las cosas no son difíciles solo para mí.

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