martes, 25 de octubre de 2016

De Veekis a sus entrañas.



La besé, miré a los ojos ,
y el silencio me empujaba a rechazarla...
Por favor no me presiones,
no puedo cargar el peso de mis tensiones.
Quien me enseño a abrazar los temores que no quiero?
El tiempo todo lo calma, que gran mentira,
el decidir todo lo transforma.
Caminaba pensando en que me estamparían la cara
contra el próximo poste que me cruce.
Esa loca manía en la que me siento claustrofóbico.
Crecí bajo la influencia de los árboles del patio,
y todos los animales que llamaban mi atención.
Fuí patrimonio del silencio, el día que me rompieron
el corazón.
Y de las drogas nada aprendí, solo que me hicieron daño,
así como el alcohol me nubló por varios años.
Y el café, robándose mi descanso, que me apuñalen donde no veo para poder descansar algo.
De mis dolores no hables, de mi felicidad tampoco, de mis pasiones menos y de mi esfuerzo calla, que hasta yo lo ignoro.


                                                            Todo lo anterior después de los puntos suspensivos fué gritando.


El día que mi hermana de ahogarme me salvó, y también lo hizo mi mamá.

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